sábado, 20 de febrero de 2010

López Medel rescata en un libro la figura de Mosén Jesús López Bello

El escritor, jurista y educador Jesús López Medel propone un recorrido por la vida del clérigo aragonés Jesús López Bello (1904-1990) en las páginas de un libro que rescata la memoria de este religioso y de la generación sacerdotal aragonesa del 27.

Ponderar el legado espiritual de este grupo de hombres, cuya trayectoria discurre en paralelo a la de los autores que formaron la Generación del 27, es uno de los objetivos que persigue la última obra de López Medel, premio Nacional de Literatura, catedrático de Derecho Natural y Filosofía del Derecho; registrador de la Propiedad, y general consejero togado del Ejército del Aire, además de colaborador del periódico EL DÍA.

El autor se adentra en la experiencia de los "pastores de almas" que surgieron en su tierra natal y acerca su lente al ministerio de Jesús López Bello, nacido, como él, en Daroca, y que fuera cura rural hasta 1950 . A través de sus homilías, sermones y escritos, López Medel expone el pensamiento de un hombre caracterizado por su fácil pluma, su sólida preparación y su talante persuasivo, que convivió con el hoy santo monseñor Escrivá de Balaguer.

Descrito como amigo de los niños, de los enfermos y de los pobres, López Bello encarna a juicio de su biógrafo las virtudes de una generación olvidada por la historiografía del catolicismo español pero que supo convertirse, de forma discreta, en promotora de vocaciones, oración y catequesis.

El autor de este libro comparecerá el próximo 7 de mayo en el Casino de Madrid, donde, en el marco de la Tertulia Literaria Natalio Rivas, expondrá su ponencia "Una reflexión etico-jurídica sobre la crisis económica". Su intervención se producirá con motivo de la reedición, por parte de la editorial Reus, de la obra clásica de Max Weber "Ética del Protestantismo y el espíritu del capitalismo", presentada por el propio conferenciante.

Publicado en: EL DÍA, S/C de Tenerife
JUEVES, 9 DE ABRIL DE 2009

viernes, 19 de febrero de 2010

El sacerdote de la bicicleta que cumpliria ciento cinco años

MOSÉN JESÚS LÓPEZ BELLO,


El pasado día 17 de diciembre, hubiera cumplido cien años, el sacerdote aragonés mosén Jesús López Bello, que falleció el día 14 de abril de 1990, y que forma parte de "la generación sacerdotal del 27", como así tituló uno de sus libros el que esto firma. Había nacido en Daroca (Zaragoza), ciudad de los Sagrados Corporales. Quizá por ello tuviera una singular devoción a la Eucaristía, siendo un buen comunicador del Santísimo Misterio, y de los "Jueves Eucarísticos", que había impulsado el canónigo, de grata memoria, don Juan Buj. Estudió en los colegios de Santa Ana y de PP. Escolapios de su ciudad natal. Y en los Seminarios de San Francisco de Paula, y de San Carlos, de Zaragoza, siendo paje de su director, el obispo auxiliar, monseñor Díaz y Gómara. Convivió durante cuatro años con el hoy San José María Escrivá de Balaguer, quien también asistió al mencionado director. Mosén Jesús testimonió largamente en el proceso de beatificación de aquél. Se inició pastoralmente en Luesma (1927), año de su primera misa. En este pequeño pueblo, le preocupó, de una manera especial, el cuidado patrimonial de la iglesia parroquial, ya que había indicios de la existencia de pinturas de Goya, si bien la iglesia fue destruida en la guerra civil.

Luego llegó a Torre de Arcas, en donde fue amenazado de muerte. Unos meses antes de 1936, fue destinado por el arzobispo, y a instancia de don Andrés Vicente, al pueblo turolense de Bello. en él estuvo durante unos diez años. Pastoralmente, tuvo que atender, algún tiempo, las parroquias de Tornos, Las Cuerlas, Odón y Torralba de los Sisones, para lo que usaba una bicicleta que manejaba —incluso en las fiestas- con singular destreza, con la sotana remangada. Después pasó a Huesa del Común. En estas parroquias destacó por las numerosas vocaciones para sacerdotes, religiosos y religiosas. Y así continuó cuando fue coadjutor de la parroquia de San Miguel, en Zaragoza, en la que radicaba el Centro Diocesano de las Jóvenes de Acción Católica, y el Colegio de Santa Ana, de los cuales surgieron numerosas vocaciones. Tras una etapa en la que por razones familiares, estuvo adscrito en Madrid, a las populares parroquias de San Ginés y San Sebastián, por encargo de don Casimiro Morcillo, a quien había tratado en Zaragoza, como Arzobispo.

Volvió a Zaragoza, como beneficiado de la Basílica del Pilar, siendo arzobispo don Pedro Cantero. Solía celebrar la misa de doce de la mañana, en la Santa Capilla, y confesaba enfrente de la sagrada piedra de la Virgen. La atención de director espiritual y al confesionario fueron, en esta etapa, completas. Era frecuente que personajes, eclesiásticos y aun obispos, que visitaban el Pilar, fueran atendidos por él en la confesión.
Unos días antes de que le diera un infarto cerebral, había visitado a varios enfermos y comunidades religiosas. Falleció un día de Jueves Santo Sacerdotal, a las cinco de la tarde. Con los labios rezando, y las manos —inconsciente ya- bendiciendo. Inhumado en Daroca cerca del Santísimo Misterio, quedó de este sacerdote una aureola de santidad, de humildad y de servicio a la Iglesia, un hombre de Dios, que vivió para los demás. Las homilías de su vida sacerdotal —en su mayor parte escritas, y con cuidadosa preparación— son un verdadero "arsenal" pastoral, que pasará a un importante archivo histórico documental, aunque una parte de los mismos fueron incorporados a "La generación sacerdotal aragonesa del 27", Zaragoza, 1994. Reeditada en 2009. Al recordar a mosén Jesús, lo hago con esos sacerdotes de aquella etapa, de la que sobrevivio hasta hace pocos años su condiscípulo y entrañable amigo, don Manuel Mindán, que ha pudo pasar bien cumplidos los cien años. Demos gracias a Dios.



De la revista de Huesa.
Enviado por Miguel Ayete y
actualizado por Jesús López Medel

jueves, 18 de febrero de 2010

La generación aragonesa del 27. Mosén Jesús López Bello


La llamada GENERACIÓN DEL 27 se nutre de poetas, o escritores que le dan nombre. También -se apunta en la obra- de filósofos, juristas, economistas o científicos, que coinciden con aquellos, en un "dejar de trompetear sobre la angustia de España", como sonoramente -en buena parte con razón- habían hecho los del 98.
Hay también "promociones" de sacerdotes y religiosos -nacidos, igualmente en la primera década del siglo- que se inician como "curas de almas", en aquel emblemático 1927: con sus Primeras Misas, Parroquias, Bautismos, Matrimonios... Vivencias humanas... y aun políticas -Guerra Civil- Cruzada. Primero en zonas rurales. Aunque haya algún Teólogo, moralista o fundador.

Son los grandes desconocidos, o "ausentes" de aquella Generación del 27". Pegados o cercanos al pueblo. Pobres como él. "Regeneracionistas" en el estilo de San Pío X, o de Costa (que muere en 1911), "Sintientes" (Zubiri), de la injusticia o incultura, de sus gentes. "Sacerdotes con sentido de Dios" (Juan Pablo II). En todas las diócesis de España. Aunque los historiógrafos clericales no nos reflejen su andadura. O los latidos de su gran corazón. En aquella Iglesia pobre, entre los pobres. Ilusionados, aunque no utópicos. Valientes, y aún con el ritmo poético del hacer de cada día. De sol a sol. En desertización cristiana, o secularización con la que -desafiante- empieza el siglo XX.


Mosén Jesús delante de la
Carroza de los Corporales



Junto al Papa en la Basílica del Pilar


En Luesma, primera Parroquía 1927,
la madre de Mosén Jesús, María
en burro, con su amiga Vicenta Sesé,
por los vericuetos, mejor que caminos.


MOSÉN JESÚS LÓPEZ BELLO, nace en 1904, en Daroca (Zaragoza-España). Es un "cura" más de esa GENERACIÓN SACERDOTAL que -en concreto- brota en Aragón. Sacerdote rural -de bicicleta- con fácil pluma y preparación. Bueno, persuasivo, catequético... contemplativo. Con su Primera Misa y Parroquia -1927- en Luesma, pueblecito cercano al de Fombuena, en donde poco antes, se estrenaría su "condiscípulo" en el Seminario de Zaragoza, el hoy San José Mª. Escrivá de Balaguer. Mosén Jesús fue sacerdote rural hasta 1950. Conoció la "pre-persecución" -unido a sus luego "amigos mártires"- y el mal planteado "nacional-catolicismo". Preconciliar ya en San Miguel de Zaragoza. Y posconciliar en San Ginés y San Sebastián de Madrid. Siempre con teja y sotana. Alegre y bromista. Desde 1974, vuelta al Confesonario núm. 7, frente al Santo Pilar en la Basílica de Zaragoza. Hasta su muerte, un Jueves Santo Sacerdotal de 1990. Con la sonrisa, humildad y bendición habituales.

Jesús López Medel, jurista y educador. Premio Nacional de Literatura, no brinda una biografía, sino un LIBRO DOCUMENTO. Ha sabido hacer hablar a los demás. Y aun al propio Mosén Jesús, con sus Homilías, Sermones y Escritos. Que nos dejan, sobre todo, el sabor de una dirección espiritual, un callado liderazgo en vocaciones. Hombre de Dios. Estimulando la "intrahistoria" (Unamuno) gozosa de las almas para la trascendencia personal. Leyendo estas páginas, que con satisfacción Edita "ATENAS" -Colección "Testigos de la FE" núm. 18, parece intuirse próximo aquel "Dios a la vista" (Ortega) que, en el fondo, latía en la mayor parte de los hombres de la GENERACIÓN DEL 27, y que Mosén Jesús -uno de ellos- supo descubrir en el "misterio sacerdotal", que él inicia en 1927. Y que -en plenitud-, "comunica" a los demás. A todos.
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ÍNDICE DE LA OBRA
PRIMERA PARTE
EL ÚLTIMO SACERDOTE... CELEBRARÁ EL ÚLTIMO FUNERAL

I. Presentación.
Prólogo. Portada. 1. Un vacío humano y espiritual 2. En ambulancia... por el Vaticano. 3. Libro Documento. 4. Sacerdotes '90. 5. Portada: Iglesia destruida de Luesma (Zaragoza). Mosén Jesús-1927. Ante los Corporales de Daroca, 1980. En la Basílica del Pilar, 1989. Contraportada: Junto al Papa en la Basílica del Pilar, 1982.
SEGUNDA PARTE
ANDADURA HUMANA Y PASTORAL.."MI REFUGIO EN LA VIRGEN" (1904-1990)
II. Seguimiento biográfico. Primera Misa de Mosén Jesús en 1927. 1. Sincronización histórica. 2. Notas manuscritas-autobiográficas de Mosén Jesús. 3. Datos para un seguimiento biográfico familiar, eclesial, histórico-social. 4. Primera Misa... Primeros Mensajes... Primeros Pasos... 1927 (Cartas del P. Federico Inieva). 5. Amistad y Colaboración sacerdotal con don Andrés Estrada (1943-1990).
III Me refugio en la protección de mi querida Madre del Cielo. 1. Enfermedad y muerte (mis "apuntes"). 2. "Es una llamada del Señor" (Homilía de monseñor Yanes -Basílica del Pilar-, 18-4-1990) 3. Mosén Jesús... al Cielo en bicicleta. 4. Testamento civil. 5. Testamento espiritual de Mosén Jesús.
TERCERA PARTE
LA GENERACIÓN SACERDOTAL ARAGONESA DEL 27
IV. Sincronización histórica, social y eclesial (Documentos Club "Calibo" - Zaragoza, 1991) Los "niños más consentidos". Sin dejar de trompetear la angustia de España. Los "hermanos" sacerdotes de Mosén Jesús: Brasas entre cenizas. 1. La Zaragoza eclesiástica de los años 20. (Por don Tomás Domingo, Ilustre archivero de S.J.M. de Zaragoza) 2. Párroco rural. Sacerdote cien por cien. (Por don Vicente del Val, párroco de la Parroquia del Pilar). 3. Amor a la Eucaristía: talante de modernidad. (Por don Jesús Aladrén, canónigo-delegado de Liturgia (Zaragoza) 4. Dignidad sacerdotal. Sin hacer ruido. (Por Guadalupe Tejero, Religiosa de la Consolación. Castellón). 5. Muchas llegaron a la vida religiosa. Las Escolanitas. (Por la Hna. Victoria Pérez Modrego, de Santa Ana, Zaragoza). 6. Director espiritual: principios, cualidades. (Por la Hna. Lourdes Buil, Carmelita Teresiana Misionera, Madrid). 7. Encauzó a muchas almas. Humildad y caridad. (Por M. Julia Soria, Priora de las MM. Dominicas -Monasterio Ntra. Sra. del Rosario- Daroca, Zaragoza).
CUARTA PARTE
LOS "AMIGOS DE MOSÉN JESÚS"
V. Un vacío para quienes le conocieron. 1. Sus hermanos los sacerdotes: seminaristas, monaguillos, obispos. 2. Los amigos "sacerdotes mártires". 3. Comunidades y congregaciones. 4. Los Cartujos. 5. Las gentes: laicos, fieles y seglares.VI. Testimonio de sacerdotes. 1. Vida normal de un buen sacerdote. (Por don Manuel Mindán, Catedrático-sacerdotes, Madrid) 2. Promotor de vocaciones: invitación, perseverancia, seguimiento. (Por don Luis Vicente Cantín, Catedrático-sacerdote, Valencia). 3. Con todo, "quiso ser monje". (Por el P. Mariano Crespo, abad del Monasterio de la Oliva, Navarra). 4. Sacerdote obediente y fiel. (Por don Faustino Arnal, Operario Diocesano, Tarragona). 5. Cura de cuerpo entero. (Por don Jerónimo Vicente, sacerdote de la Parroquia de San Pablo). 6. Sonriendo, llevaba a Dios. (Por don José Solans, sacerdote de la Curia de Zaragoza). 7. Hombre de Dios: Bálsamo de reconciliación. (Por don Pascual Martínez. Catedrático-sacerdote, Zaragoza). 8. Finura espiritual. (Por don José Carvajal Gallego, sacedote del Pilar. 9. Bromeaba... como hacen los niños. (Por don Joaquín Broto Salamero, organista del Pilar).
VII Religiosas, monjas y monjicas. (Escritos) 1. Vida sin demasiado brillo. (Por Sor Marta de Jesús Burillo, Mercedaria Misionera. 2. Siempre contento. (Por Mª. del Camino Ortega. Reparadora del Sagrado Corazón). 3. Se le quemó la sotana. (Por Sor Mª. Gloria, Dominica de Santa Inés). 4. Con espíritu misionero... Cantaba la Angélica con gozo exultante. (Por Sor Mª. Lucía, Dominica, Monasterio del Rosario, Daroca). 5. Amante de la pobreza. (Por Sor Mª. Encarnación, Dominica, Monasterio del Rosario Daroca). 6. No llevaba la voz cantante... Jardinero de mi vocación. (Por Sor Mª. Margarita Ramiro, Dominica, Monasterio del Rosario, Daroca). 7. Los sobres "sorpresa" para el día de Inocentes. (Por una Dominica, Monasterio del Rosario, Daroca). 8. En el locutorio... con un rosario entre las manos. (Por Sor Mª. del Rosario Montoya, Monasterio del Rosario, Daroca). 9. Diálogo con mi madre... La "fórmula" para descubrir vocaciones. (Por una Dominica, Monasterio del Rosario, Daroca--). 10. Todo el mundo es bueno. (Hna. Antonia Cano, Auxiliares Parroquiales, Daroca, actualmente en Valencia). 11. Los niños corrían a su encuentro. (Por M. Mª. Fe López Medel, Escolapia, Colegio Pompiliano, Zaragoza). 12. Siempre pronto al servicio de todos. (Por M. Lourdes Hernández, Reparadora, Madrid, actualmente en Zaragoza). 13. Respetuoso con la intimidad de cada alma.
VIII. Amigos seglares, laicos o fieles. 1. Un pastor guiando a sus ovejas al Cielo. Pensamientos. (Por la Srta. Carmen Campos, Madrid), 2. En recuerdo del "tío Jesús". (Por la familia Calvo Sanz, de Biota). 3. Espiritualidad de sus cartas. (Por María Luisa Felices, Badalona, Barcelona). 4. Junto a él no había tristeza. (Por Balbina Giménez, empleada de hogar, Madrid). 5. Mi Fe sigue como entonces. (Por Dª. María Luisa Cenamor. Carraque, Toledo). 6. Me dio la Primera Comunión. (Por Carmen y Jaime Vilarta. Torre de Arcas, Teruel). 7. Aroma de Santo. (Por D. Angel Pardillos Vela, Abogado de Zaragoza). 8. Acercar la gente a la Eucaristía... (Por Máximo Vicente, Bello Teruel). 9. Para él, todos éramos hijos de Dios. (Por la Srta. Conchita Garrido, Zaragoza). 10. Para el Culto litúrgico, inmensamente pulcro. (Por la Srta. Apolonia Burillo. Huesa del Común, Teruel).
QUINTA PARTE
MOSÉN JESÚS, APÓSTOL DE LA PALABRA(Escritos, Homilías y Sermones)
IX. Estreno sacerdote: Luesma (Zaragoza) 1927-30. No le gustaba predicar. Comunicador de la verdad. Preces para el Catecismo. De la peregrinación eucarística a Daroca (Nuestro Apostolado, 1926, Zaragoza). Estreno sacerdotal: Luesma (Zaragoza). 1927-1930. ¿Con murales de Goya? 1. Luz eléctrica: Iglesia y Progreso. 2. Fiesta del Arbol. Amor a la naturaleza. 3. La A.C. en la Sociedad moderna (Discurso, 1928). 4. Primera Misa, 1928 (Herrera de los Navarros, 1929): Misterio e identidad del sacerdote. Ejército de la Iglesia.
X. En tierra de mártires: Torre de Arcas (Teruel), 1930-1934. En Daroca ciudad eucarística. 1. Corazón de Jesús: entronización en los hogares. 2. Profanación de los días festivos: los "falsos economistas". 3. Transfiguración del Señor. Daroca: ¿Le hubiera gustado predicar un Corpus? 4. Adoración Nocturna: Bodas de Plata. 1934. 5. Inmaculada Concepción.
XI. En parroquias turolenses: Bello y Huesa del Común, Plou, 1934-1950. 1. Santo Domingo de Silos, Patrono de Bello. (Romería a Embid, Guadalajara). 2. Oración fúnebre al soldado. 3. Virgen del Pilar, 1936. 4. Santa Orosia. (Las Cuerlas). 5. San Bartolomé Apostol. (Odón). 6. Santiago, patrón de España. (Bello). 7. San Miguel. (Huesca del Común). 8. Primera Comunión. 9. Toma de hábito. (MM. Dominicas, Daroca, Zaragoza, 1946).
XII. Últimos escritos (Parroquia de San Miguel, Zaragoza; de San Ginés y de San Sebastián, Madrid, y Basílica del Pilar, Zaragoza, 1950-1990). 1. Plática de Boda. 2. Pascua de la Resurrección (Iglesia de San Sebastián, Madrid, 1971). 3. Consagración a la Virgen del Pilar, 4. Nuestra Señora de los Reyes en Sevilla (dictado a Carmen Campos). 5. Testimonio escrito sobre el que había de ser Santo, Monseñor Escrivá de Balaguer. 6. Otros escritos, homilías o sermones.
SEXTA PARTE
OTROS DOCUMENTOS
XIII. Anexos. 1. Mártires y Héroes del Seminario de Zaragoza (Facsímil). 2. Escolapios en Daroca: 1903-19321. 3. Religiosas de Santa Ana en Daroca: 1911-1917. 4. Hermanas de Santa Ana naturales de Daroca, que han ingresado en la Congregación.
XIV. Índice Onomástico.
XV. Índice de la obra.
XVI. Otras publicaciones de López Medel.


















Año sacerdotal, 2009-2010. Testigos, más que profetas




1 °- EL “AÑO SACERDOTAL”:
El día 19 de junio (2009) Su Santidad el Papa Benedicto XVI inauguró solemnemente el `Año Sacerdotal'. Era el viernes, `Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, dentro de I.a. celebración del ciento cincuenta (150) aniversario de la muerte de San Juan María Vianmey, eI 'Santo Cura de Ars, la imagen más perfecta del sacerdote en los tiempos modernos.
Esta inauguración fue preparada con esmero, sensibilidad y grande delicadeza. La noticia fue difundida por el mundo entero, a través de los medios eficaces y poderosos de comunicación social y religiosa. Por diversos caminos llegó a los
confines del mundo civilizado. No era para menos, dada la ilusión y el interés que despertó esta noticia en la Iglesia, extendida por toda la tierra..
Desde el día de la inauguración, un rayo de luz intensa recorrió el cuerpo y el espíritu de la Iglesia, ahuyentando las sombras, e iluminando la imagen, auténtica y verdadera del sacerdote, con los rasgos de su identidad singular, y de su misión especial y característica.
Cinco días después, 24 de junio, miércoles, en la audiencia general que celebró el Papa para toda la Iglesia en la Plaza de San Pedro, habló sobre el `Año Sacerdotal'. El Papa explicó las razones que le habían movido a celebrar un Año de estas características. También dio a conocer por qué había elegido para su inauguración y sus comienzos esas circunstancias particulares: referencia a San Pablo y al “Año Paulino”; celebración del 150 aniversario de la muerte del Santo Cura de Ars .

2°: OBJETIVOS DEL “AÑO SACERDOTAL”:
Como es natural, un “Año” de esas características no puede tener un solo objetivo, aunque en última instancia, su objetivo total sea la gloria de Dios. Son varios los objetivos individuados, que el Papa Benedicto XVI ha fijado, como metas a conseguir y como frutos espirituales de la celebración de este “Año” jubilar: a) Renovación de la vida sacerdotal: b) configuración del sacerdote con Cristo; c) aprovechar los medios de santificación, para llegar a la meta: d) conseguir que el presbítero cobre viva conciencia de su ser y de su misión en la Iglesia y en el mundo, en coherencia de vida y de doctrina.
Estos objetivos los resume en uno el Papa Benedicto XVI, como síntesis de lo que el presbítero debe ser, Vicario de Cristo y reflejo de su presencia. Recordemos unas palabras del Papa: "El objetivo de este año sacerdotal es: renovar en cada uno de los presbíteros la aspiración a la perfección espiritual, de la que depende en gran medida la eficacia de su ministerio. Así mismo, esta iniciativa servirá para ayudar a los sacerdotes, y a todo el pueblo de Dios a volver a descubrir y reforzar la conciencia del don de gracia extraordinario e indispensable, que supone el ministerio ordenado, para quien lo ha recibido".
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En síntesis: el secreto de la identidad del sacerdote como tal, está en su identificación total con Cristo. Identificación espiritual en su misión a cumplir en el mundo y en la Iglesia.
No digamos que esto no es posible.

3°- REFLEXION: TESTIGOS, MÁS QUE PROFETAS:

Se pueden hacer muchas reflexiones sobre este problema, todas importantes. Se han publicado innumerables comentarios sobre estos temas, de carácter bíblico, teológico y espiritual, sobre la importancia de la configuración con Cristo, incluida según San Pablo en el decreto de nuestra predestinación eterna (cf Ef 1, 10 ss):
El mismo Jesucristo es el ejemplo a imitar. El rogó expresamente al Padre en las vísperas de su pasión por esta unidad espiritual de sus discípulos con El: "Que todos sean uno, como tu, Padre, estás en mí y yo en ti; que también ellos sean uno con nosotros, para que el mundo crea" (Jn 17, 21).

La identificación del sacerdote con Cristo es tema fundamental, que Benedicto XVI ha puesto en el corazón del “Año Sacerdotal”, como exigencia de las dos funciones que integran su ministerío: lo que el sacerdote es en cuanto tal, y su misión principal, que el Papa llama: concepto de “servicio”, y de “sacramento”.
El sacerdote es Vicario y siervo de Jesucristo: es “anuncio” y “presencia” del sumo y eterno Sacerdote, que realiza en el tiempo su función salvadora. Esto solamente puede realizarse así, en cuanto la existencia del presbítero "configurada a El ontológicamente -dice el Papa-, asume un carácter esencialmente relacional: es decir, “in” Cristo,” pe”' Cristo, y “con” Cristo, al servicio de los seres humanos."
Precisamente por esto: "porque pertenece a “Cristo”, y actúa en su lugar, el presbítero está totalmente al servicio de ellos" (Benedicto XVI).

4°- LA VIDA SACERDOTAL:
a)- Esto es precisamente lo que han vivido y realizado los auténticos y genuinos sacerdotes del Señor. Miles de sacerdotes anónimos, sin relieve social, "escondidos con Cristo en Dios" (San Pablo), han santificado su vida y su existencia con el desempeño fiel de su ministerio, configurados e “identificados” espiritualmente con el Santo y Eterno Sacerdote.
Para ”identificarse” totalmente con Cristo, los sacerdotes han seguido ante todo su ejemplo, reflejado en su estilo de vida, convertidos en “ofrenda” permanente agradable a Dios. Vicarios de Jesucristo en el fiel desempeño de su vocación, y testigos de su presencia, hechos según el corazón de su Señor, transmitieron a los hombres su gracia santificadora.

El Papa nos recuerda a este propósito el ejemplo vivo del Santo Cura de Ars, "signo y presencia de la misericordia infinita de Dios ", en medio de los hombres. Pero, cuántos otros sacerdotes, desde antiguo y en nuestros días, son heroicos testigos del cumplimiento fiel de la voluntad de Dios, aun en las cosas más pequeñas. Esta es la forma de la santidad.
Debernos recordar aquí —porque son el esplendor de la Iglesia, y modelos para nosotros- a esa multitud de sacerdotes anónimos, verdaderamente santos -aunque no canonizados-, que se santificaron sin hacer obras ostentosas, ni de mucho ruido, sino en una forma sencilla, en una perfecta configuración e identificación espiritual con Cristo: llenos de Dios, y alegres cumpliendo el verso de Santa Teresa de Jesús, Doctora de la Iglesia: “Solo Dios basta; porque, Quien a Dios tiene, nada le falta”.

Sacerdotes que se han santificado entre el fragor y la barahúnda de las grandes ciudades, o en el silencio y la calma del apostolado rural, Es este, a mi modo de ver, un tesoro inestimable en la vida de la Iglesia, lámparas encendidas, que tendríamos que colocar en el candelero, para que den calor e iluminen el camino. Porque la Iglesia de hoy -y la de todos los tiempos-, está necesitada de testigos, más que de profetas y predicadores, como afirmó Pablo VI, y reiteró Juan Pablo II, refiriéndose a la nueva evangelización.

Se han dado a conocer algunos de estos ejemplos. Precisamente el Dr. Jesús López Medel, de la Real Academia de Doctores de España, publicó hace diez años la semblanza de un sacerdote aragonés, modelo que encarnó y vivió este estilo de vida, y de santidad sacerdotal. Me refiero a su magnífico ensayo biográfico de "Mosén Jesús López Bello: La generación sacerdotal aragonesa del 27" (1994, 2a ed. 2009).
La lectura de esta obra abre para nosotros una amplia panorámica, en la que podemos descubrir no solo la figura de Mosén López Bello, nacido en Daroca (Zaragoza), el 17 de diciembre de 1904, sino también la de otros eminentes sacerdotes, entorno a la década de 1920.

c)- Mosén López Bello fue un sacerdote cabal, afable, no perdía nunca de vista los signos de su identidad. El decía que quería ser: un sacerdote de hoy y de siempre. Se ocupó con fervor de la educación de niños y mayores, sobre todo de los pobres. Se puede decir de él que pasó por el mundo haciendo bien a los demás.
Enseñó a sus fieles de palabra y con el ejemplo. Fue consciente de que, siendo un alter Christus, tenía que hacer llegar a las almas las la gracia del perdón, acogiéndolas, y llevándolas por el camino de la santidad. Numerosas personas resaltaron el provecho espiritual que recibieron de él.
Su vida estuvo siempre impregnada de un profundo espíritu eclesial, de amor a Cristo sacerdote, y de una tierna devoción filial a la Virgen María. Su preparación para la celebración de la Eucaristía in persona Christi era un momento sagrado para Mosén López Bello. El Arzobispo de Zaragoza Dn. Elías Yanes lo definía así en la homilía del funeral (18. 4. 1990): sacerdote "entregado a Dios y al servicio de la Iglesia; sacerdote ejemplar, hombre verdaderamente espiritual, dedicado de lleno a cultivar la vida espiritual de los fieles cristianos ".


P. ENRIQUE LLAMAS, OCD.
UNIVERSIDAD PONTIFICIA
SALAMANCA


Publicadoen “Eclesia” Abril 2009

domingo, 14 de febrero de 2010

UNA OBRA SOBRE LA GENERACION SACERDOTAL ARAGONESA DEL 27

Se presentó en el Centro Riojano de Madrid, el 05-11-09 la obra del jurista, académico y Premio Nacional de Literatura, Jesús López Medel, “La generación sacerdotal aragonesa del 27. Mosen Jesús López Bello”. La vocal del centro, Mercedes López Arriba expuso los rasgos del biografiado, nacido en 1904, como otras figuras de la generación del 27, y que a los 23 años, es decir, a partir de 1927, iniciaron su vida, en este caso sacerdotal, participando del espíritu y circunstancias, algunas de ellas trágicas –como la muerte de García Lorca, por un lado, y la persecución religiosa en Aragón. También resaltó algunos rasgos intelectuales del autor. Luego, intervino el teólogo agustino P. Jesús Alvarez, riojano, quien profundizó en algunos signos sacerdotales de mosén Jesús, como sacerdote rural, cura de almas, dirección espiritual, y promotor de muchas vocaciones. Sería difícil –afirmó— que un “abogado del diablo” encontrase en la obra motivos para su inquisición.

Finalmente, el autor recordó su ligazón con el Centro Riojano en Madrid, y el sentido de reivindicación histórica que supone la nueva obra –entre otros aspectos--, por haber puesto de relieve la existencia de una generación convergente o paralela a la del 27, que dejó de trompetear sobre la angustia de España, y actuar para su regeneración. También porque ha servido de fuente bibliográfica en algunas de sus páginas, para elaborar la documentación de cara a la beatificación de los mártires sacerdotes de Aragón, remitida a Roma. Y desde luego, como promotor de un sin fin de vocaciones para sacerdotes y religiosas, con una actitud de sencillez, de acercamiento de humildad y familiar. Y, finalmente, por la existencia de unas cien homilías escritas desde su primera parroquia, en Luesma (Zaragoza) –sin luz, agua y teléfono--, hasta su marcha, tras el paso por diversos pueblos de Teruel, a Zaragoza, con un paréntesis en la cartuja. Son un tesoro, que podrá constituir un embrión para unas “Homilías de un cura rural durante la Guerra Civil española”. Desde el público, intervino, entre otros, el presidente del Centro, para hacer algunas preguntas y ampliar las semejanzas y diferencias con la generación literaria del 27. El autor, entre otras cosas, contestó sobre los aspectos inéditos humanos y religiosos del aragonés Luis Buñuel. Al final se ofreció una copa de vino riojano.

Año Sacerdotal

"Mosén Jesús López Bello- La generación sacerdotal aragonesa del 27".

"Monseñor D. Elías Yanes, Arzobispo emérito de Zaragoza, en la homilía que predicó en la Basílica del Pilar el 18-04-90, en las exequias de D. Jesús López Bello, lo definió como "una persona sencilla y humilde, discreta, delicada, sumamente respetuosa que, sin hacer ruido, trataba de hacer el bien con toda su capacidad, con toda su dedicación".
Realmente su habilidad para fomentar y conducir vocaciones al Seminario y a la vida religiosa.

Siempre "a disposición del obispo". Siempre sacerdote-sacerdote. Comunicador de vivencias espirituales. Así habla del "tío Jesús" el autor D. Jesús López Medel, en este libro-documento. No es una biografía al uso. Semeja un caleidoscopio en el que las semblanzas sobre su figura, presentadas por diversas personas, no se yuxtaponen sino se engloban para, en coloridas facetas, tallar un prototipo de sacerdote-sacerdote que no termina en él ; podemos nominarlo en otros conocidos nuestros.

D. Jesús López Medel, jurista y educador, Premio Nacional de Literatura, consigue desaparcer y hacer hablar a "los otros"; ¡hasta al mismo Mosén Jesús!, a través de sus escritos... Crea un ambiente local; nos parece caminar por las fotografías recuperando lugares y épocas. Y consigue -lo que no es poco- adentrarse en un alma saerdotal, contemplativa, pobre, austera y cordial.

Entre las páginas más bellas del libro están las de la homilía del 05-10-1928 (pp. 285 a 295), en una primera Misa. Deberían publicarse en hojas sueltas y llegar a todos los àmbitos sacerdotales de la Iglesia. Dificilmente se podrá decir más y mejor lo que es la esencia del sacerdote.

María Esther Prado

Revista "El Maestro Católico"
Núm. 456 Sepbre-Diciembre 2000

sábado, 13 de febrero de 2010

PRESENTACIÓN DE MOSEN JESÚS LÓPEZ BELLO


La generación sacerdotal aragonesa del 27


El fuerte sustentáculo telúrico sobre el que llega a la vida Mosén Jesús López Bello, el 17 de diciembre de 1904, lo constituye Daroca, ciudad que fuera ya de realengo desde 1785 y Cabeza de Arciprestazgo en 1820, con la gozosa singularidad de esta riqueza eclesial, arquitectónica y monumental: Parroquia Colegiata de Santa María, desde 1477, refundada el 30 de abril de 1587. Parroquias de San Juan de la Cuesta (románica), San Miguel (románica), Santo Domingo de Silos (románica y gótica), San Andrés, San Pedro, Santiago (desde 1280), a las que se añaden estos conventos : San Francisco, desde 1237 con iglesia románica; Trinitarios calzados, desde 1266; Mercedarios calzados, desde 1381; Dominicos, desde 1522; Capuchinos, desde 1647; Escolapios, desde 1729, y media docena de ermitas con las advocaciones a Santa María de Nazaret, Ntra. Sra. del Carmen y Santa Bárbara, San Valero, San Cristóbal y San Jorge, citadas por Cook en el año 1585.

Forma parte, Mosén Jesús, de una familia encabezada por su madre, María Bello Rubio, " toda ternura, todo bondad y cuyas enseñanzas me franquearon las puertas del Cielo " dice en notas manuscritas el biografiado, presentando a su padre, Lorenzo López Campos, como "... cristiano viejo, prototipo de honradez y laboriosidad " y a sus doce hermanos, como " mitades de mi alma, lirios que vibraron al unísono de mi corazón, cuando alzábamos a Dios nuestras plegarias ".

Inicia sus estudios en el Colegio de las Hermanas de la Caridad de Santa Ana, desde los tres a los ocho años, pasando después a las Escuelas Pías, recibiendo las enseñanzas de Latín y Humanidades antes de acceder al Seminario "San Francisco de Paula", de Zaragoza, en 1919, donde convive con el que ha de ser San José María Escrivá de Balaguer. Ordenado Sacerdote el 2 de octubre de 1927, su primera misa la celebra en la Basílica de Santa María de los Sagrados Corporales de Daroca, pasando a ser Cura Regente de Luesma, Aldea hasta 1711, Lugar en 1785 y Ayuntamiento desde 1834 que se integró en el Partido Judicial de Cariñena el año 1920.

Allí, asegura su sobrino D. Jesús López Medel, autor del libro que hoy se presenta, bajo el título de MOSEN JESÚS LOPEZ BELLO y la incardinación sociocultural de La generación sacerdotal aragonesa del 27, cantó su Primera Misa Parroquial, de excepcional impacto para su recién estrenada condición de guía entre las almas, desarrollando la fundación del Apostolado de la Oración, cuyo estandarte regaló a su pueblo natal el M.I. Sr. D. Miguel de Miguel, Párraco de Gallur y posteriormente Canónigo de Zaragoza.

El marco de su nueva realidad social, apenas sobrepasaba el humilde centenar de habitantes, dedicados al cultivo de duras tierras, exigentes de pan llevar, y a la formación de delicados montones de lentos hornos para convertir la pobre leña de encinas y carrascas en enseñoreado carbón vegetal.

No se utilizaba el carro. Ni siquiera existía el camino, esquematizado por sendas a las que el autor prefiere llamar vericuetos, hilos orientadores de polvo y piedras, o de barro y charcos como basamento de duros pasos para la herradura del asno sobre cuyo lomo se acomodaban los mayores, después de hacerlo en las cabidades del serón de esparto, los más pequeños. Aún así, hermosea el autor, "unos geranios... siguen queriendo florecer en las ventanas".

Su acierto y dedicación a los jóvenes se convirtió en específica pastoral que alumbró un grupo de Acción Católica masculina, destacado dentro de la Diócesis, originando a la vez la primera amenaza de muerte por un hombre, cuyo nombre no quiere recordar el biografiado ni revelar el biógrafo.

También fue Párroco Titular en la Iglesia de San Bernardo, de Torre de Arcas, Aldea desde 1785 y Ayuntamiento desde 1834 que se incorporó al Partido de Alcañiz en 1965. Tomó posesión, cumplidos sus 26 años, el 17 de diciembre de 1930, cultivando penas, disgustos e inquietudes, siendo apedreado por niños, tiroteado por mozos y amenazado nuevamente de muerte."De aquella Casa Parroquial, inolvidable, dice en las citadas notas, hicimos mi Santa Madre y yo... nuestro Tebaida... Hacia el Cielo" .

Conservó siempre la seguridad y gratitud a la Providencia fundamentadas en el hecho cierto de que velaba por éllos, mientras varios de los sacerdotes y fieles de aquella comarca fueron pasados por las armas y convertidos en ejemplares mártires.

Entre agosto de 1934 y el mismo mes de 1943, permaneció como Párroco en Bello, Aldea desde 1711, Lugar desde 1785 y Ayuntamiento desde 1834, integrado en el Partido de Calamocha. En las repetidas notas biográficas, temporaliza su presencia en tres diferenciados períodos: antes de la guerra, durante la guerra y después de la guerra .

En el período de preguerra, estima su vida como inicialmente normal en el desempeño de su ministerio sacerdotal, destacando en su recuerdo la gozosa captación de vocaciones religiosas dirigidas hacia el Seminario.

En el segundo, de guerra, señala su profunda pena originada por la marcha de varios sacerdotes de la comarca al campo de batalla, unida a su alegría al encargarse de las parroquias de Las Cuerlas, Torralba de los Sisones y de Odón, trabajando como pudo y "volando como el viento... en ... bicicleta"

Respecto al tercer período, señala las duras pruebas y dificultades de todo género a las que fueron sometidos durante la guerra por el Comité Municipal de Prohibiciones. Amenazas y multas, ante las cuales el Pueblo de Dios supo reaccionar, aceptando resignado, pero contrariado, la supresión de procesiones y tradicionales romerías.

Llegado el Edicto para el Concurso de Curatos, fue destinado a la Parroquia de Huesa del Común, teniendo como aneja la de Plou, cuyos feligreses le proporcionaron singulares alegrías: Su actualización con la juventud de Acción Católica, el incremento de vocaciones, la ejemplar conducta de los devotos rosarieros y la Fiestas en honor de Santo Domingo de Guzmán, fundadas por D. Silvestre Alcaine.

Fue acompañado por su madre, quien allí falleció el 20 de junio de 1945, siendo enterrada en sepultura perpetua generosamente donada por el Ayuntamiento, y mantenida por el voluntarismo de devotos exfeligreses.

En 1950 fue trasladado como Coadjutor a la Parroquia San Miguel de los Navarros, en Zaragoza, desempeñando sus funciones pastorales bajo la dependencia del Párroco D. Luis Doñate y Borrás, junto al también Coadjutor y Profesor del Seminario, D. David Aznar. Permaneció durante doce años con intensa espiritualidad en esta Parroquia y en los colegios de Santa Ana, Madres Concepcionistas, La Caridad y Madres y Padres Escolapios, con abundantes frutos vocacionales.

En 1962, lo hacía en la Parroquia de San Ginés, de la madrileña calle de Arenal y, en el año 1964, pasaba a la Parroquia de San Sebastián, también en Madrid, manteniendo el lema de toda su vida: Obediencia al Párroco, lealtad a los compañeros en el sacerdocio y celo por las almas en todas las actividades apostólicas, principalmente en el confesionario, como labor silenciosa, pero grata al Señor, eminentemente provechosa para las almas.

Con la misma actitud llegó a Zaragoza, en el mes de noviembre de 1974, como Beneficiado familiar de Ntra. Sra. del Pilar, aceptado por el Prelado D. Pedro Cantero y Cuadrado, quien le computó el Beneficio que conservaba de San Miguel de los Navarros.

Por de pronto, yo me uno a la voz del escritor José María Fontana, y a su bella novela, "En el Pirineo se vive de pié", para gritarle a los jóvenes, mirando hacia el Cielo a Mosen Jesús: ¡Bendito sea quien os llevó de cumbre en cumbre¡ que demasiado hallaréis mañana el barranco oscuro. Y bendito también Vd., Mosen Jesús, que se sacudía el polvo de rancias sacristías y el moho de la cera, enseñando a comulgar de rodillas sobre los picachos más altos de las bellas sierras paisanas y amigas.

Por las buenas fotos que abundan en la riqueza gráfica del libro MOSEN JESÚS LOPEZ BELLO, y por su raíz sacerdotal brotada en la generación aragonesa del 27, se confirma su gesto como de normal estatura, firme de humano pulso y gustoso de recontar su herida huyendo con fuerte pedaleo sobre la bicicleta, asomándose desde el dolor de hijo a la generosidad del Padre, cuando las persecuciones vividas entre vejámenes constituyeron seguro riesgo de tantas vidas.

Por su origen, vocación y devoción cuajó en la esencia de seguro, manso y condescendiente, haciendo de la sencilla réplica un arte convencedor, sin tener que recurrir al hermoso ramillete de buenos latines nunca olvidados. Sus conversaciones derramaban sacerdotal amor y sencilla clarividencia, mientras su semblante enseñaba la colección de los fríos madrugones de antaño, de la misa del alba y del ayuno plenamente aceptado, porque: "Todo lo que es, tiene suficiente razón para ser..."

Aparece en su rostro la palabra, marcada con los surcos en su cara. Debió entrar al Seminario -- siempre universidad de los pobres — antes de saber qué era la vida y, tengo para mi, que nunca salió plenamente del continuado abrazo docente recibido entre aquellas paternales paredes. Allí aprendió a obedecer exigiéndose hasta el heróico y digno acatamiento, llevando con solemnidad el bonete, la boina, la teja, la sotana y hasta el manteo, antes de tener que sufrir en silencio a los nuevos apóstoles, mal vestidos de calle e innecesariamente cargados de humanos excesos.

Tuvo que ser para todos, desde entonces y hasta su llegada y disfrute en la Basílica del Pilar, el honor y la memoria entre oraciones, inciensos, concurrencias al Coro y solemnes gregorianos. Rico en salud, pregonaba fuertemente el Santo Rosario desde la sencillez de los más pequeños y humildes templos para que se oyera en las plazas, y quizá fuera ese mariano pregón la causa humana por la que nunca les pareciera, a los suyos, un anciano venerable.

Con su sapiencia e ironía, jamás debió bordear lo obsoleto. Sabía todo cuanto debía saber sobre la personal entrega, uniendo al don de la elocuencia el otro precioso don de la prudencia para escalar el Cielo tras el divino regalo de una larga vida, llevándose desde el pedal seguro de veterano ciclista las historias vividas de conductas amorosamente enderezadas.

Le avisó el Señor el 2 de abril de 1990 con un infarto cerebral al regresar del Convento de Santa Irene, tras visitar a una enferma y a las Capuchinas. El Jueves Santo, día 12 del mismo mes, mediada la tarde, subió a la Casa del Padre. Sus restos humanos recibieron cristiana sepultura en Daroca, siempre próximos al local latido del Santísimo Misterio.


JOSÉ HERNÁNDEZ BENEDICTO
Madrileña Casa de Aragón, 19.5.09